lunes, 21 de septiembre de 2015

El diablo del Santo


(El correntino con la número 7)

Para quienes disfrutan del básquet, el 22 de septiembre no será un día más: comienza una nueva edición de la Liga Nacional, en un torneo con retornos importantes y la competencia al extremo por la aplicación de los descensos luego de tres años.
Y ahí, en la elite deportiva estarán dos correntinos, Regatas y San Martín, con espaldas diferentes y muchas ilusiones, ya que el remero atesora doce años ininterrumpidos en primera, y poseedor del único título de un correntino en el certamen. Los primos del centro de la ciudad, con muchas ganas de consolidarse.
 Y más allá de esta cuestión de rivalidad deportiva correntina la provincia estará también en el debut del torneo, en la historia de uno de los animadores del partido inaugural entre San Lorenzo y el último campeón, el santiagueño Quimsa. Preparado como uno de los mejores, el equipo porteño  contrató estrellas y un técnico de selección, con el respaldo del siempre poderoso caballero (Don Dinero) en la figura de Marcelo Tinelli como mecenas.
En la historia de esa institución está un correntino, Mario Benítez, un goyano que desparramó diabluras en la década del 70, y llegó inclusive a vestir la celeste y blanca para un premundial.
Benítez fue una de las más importantes figuras del básquet correntino por ese tiempo, y quizás también de todos. Salió de Unión de Goya (el mismo club del Yacaré Kammerichs), jugó para la selección de Corrientes en mayores y juveniles, cuando esa representación (principalmente la primera) significaba casi todo para los jugadores que tenían en el Argentino el certamen más importante del país, vidriera para otros clubes y la selección.
Jugaba de cinco, con la rebeldía del base. Salía picando desde el fondo y llegaba al aro rival. Propio del básquet goyano, no tanto para San Lorenzo. El diablo (su apodo) logró asentarse, y tanto fue así que inclusive fue ternado para los premios Olimpia, distinción que da a los deportistas el Círculo de Periodistas Deportivos. Esa fue su parada más difícil ya que tenia de rival a Alberto Cabrera (el bahiense más conocido antes que Manu) y que a la postre fue el ganador.
“Fue un honor compartir esa terna con dos ídolos para mi. Para que tengas una idea, Cabrera era como Manu Ginobilli pero en la base, le decían Mandrake por la magia y el talento que tenía dentro de la cancha” dijo hace un par de años Benítez en oportunidad de un homenaje (Fuente: Pocholo Barreto, prensa Club Regatas).
Datos de él, otro goyano y su memoria. “Al señor Mario Benítez como no lo voy a conocer. Venimos del mismo club, del mismo pueblo. Uno mamó su historia, sus hazañas, sus logros. Es un verdadero prócer para toda la gente que nos gusta el básquet”, rememoró Federico Kammerichs, el goyano más famoso.

Lejos de la simpatía por determinados clubes, bien vale esta referencia. El club del Papa, que también tiene un diablo (y correntino) en su historia, del rico pasado de San Lorenzo, con Mario Benítez en el altar.

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