(El correntino con la número 7)
Para quienes
disfrutan del básquet, el 22 de septiembre no será un día más: comienza una
nueva edición de la Liga Nacional, en un torneo con retornos importantes y la
competencia al extremo por la aplicación de los descensos luego de tres años.
Y ahí, en la
elite deportiva estarán dos correntinos, Regatas y San Martín, con espaldas
diferentes y muchas ilusiones, ya que el remero atesora doce años ininterrumpidos
en primera, y poseedor del único título de un correntino en el certamen. Los
primos del centro de la ciudad, con muchas ganas de consolidarse.
Y más allá de esta cuestión de rivalidad
deportiva correntina la provincia estará también en el debut del torneo, en la
historia de uno de los animadores del partido inaugural entre San Lorenzo y el
último campeón, el santiagueño Quimsa. Preparado como uno de los mejores, el
equipo porteño contrató estrellas y un
técnico de selección, con el respaldo del siempre poderoso caballero (Don
Dinero) en la figura de Marcelo Tinelli como mecenas.
En la
historia de esa institución está un correntino, Mario Benítez, un goyano que
desparramó diabluras en la década del 70, y llegó inclusive a vestir la celeste
y blanca para un premundial.
Benítez fue
una de las más importantes figuras del básquet correntino por ese tiempo, y quizás
también de todos. Salió de Unión de Goya (el mismo club del Yacaré Kammerichs),
jugó para la selección de Corrientes en mayores y juveniles, cuando esa
representación (principalmente la primera) significaba casi todo para los
jugadores que tenían en el Argentino el certamen más importante del país,
vidriera para otros clubes y la selección.
Jugaba de
cinco, con la rebeldía del base. Salía picando desde el fondo y llegaba al aro
rival. Propio del básquet goyano, no tanto para San Lorenzo. El diablo (su
apodo) logró asentarse, y tanto fue así que inclusive fue ternado para los
premios Olimpia, distinción que da a los deportistas el Círculo de Periodistas
Deportivos. Esa fue su parada más difícil ya que tenia de rival a Alberto
Cabrera (el bahiense más conocido antes que Manu) y que a la postre fue el
ganador.
“Fue un
honor compartir esa terna con dos ídolos para mi. Para que tengas una idea, Cabrera
era como Manu Ginobilli pero en la base, le decían Mandrake por la magia y el
talento que tenía dentro de la cancha” dijo hace un par de años Benítez en
oportunidad de un homenaje (Fuente: Pocholo Barreto, prensa Club Regatas).
Datos de él,
otro goyano y su memoria. “Al señor Mario Benítez como no lo voy a conocer.
Venimos del mismo club, del mismo pueblo. Uno mamó su historia, sus hazañas,
sus logros. Es un verdadero prócer para toda la gente que nos gusta el básquet”,
rememoró Federico Kammerichs, el goyano más famoso.
Lejos de la
simpatía por determinados clubes, bien vale esta referencia. El club del Papa,
que también tiene un diablo (y correntino) en su historia, del rico pasado de
San Lorenzo, con Mario Benítez en el altar.
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